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Extracto:Bloqueo, recuperación y luego Ómicron. El año 2021 en los mercados ha sido un vaivén de acontecimientos que han marcado las decisiones de los inversores, en las que quizá pesen más que nada el regreso de la inflación y las decisiones pendientes de los bancos centrales.
Bloqueo, recuperación y luego Ómicron. El año 2021 en los mercados ha sido un vaivén de acontecimientos que han marcado las decisiones de los inversores, en las que quizá pesen más que nada el regreso de la inflación y las decisiones pendientes de los bancos centrales.
Monedas digitales advenedizas como Dogecoin y Shiba Inu, y acciones meme como GameStop (NYSE:GME) y AMC (NYSE:AMC) han revolucionado, para bien o para mal, la forma de operar en los mercados, poniendo en primer plano a protagonistas inesperados (los llamados Redditers) que, un poco como David contra Goliat, han intentado (y fracasado) tener voz en un mercado que les venía grande.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, y sus compañeros han dominado los titulares, que pendían del hilo de un adjetivo, “transitorio”, que nunca antes había asumido un significado tan central en los mercados y en la mente de los inversores como lo ha hecho este año, reafirmando que en la era de la flexibilización cuantitativa, la comunicación es la herramienta más estratégica en la caja de herramientas de los banqueros.
Entonces, ¿cuáles son los temas más importantes que esperan a los inversores? ¿Nos traerá 2022 una vuelta gradual a la normalidad financiera y social? “En la mente de los operadores están cuestiones como la inflación y si es transitoria o no, las probables subidas de tipos por parte de los principales bancos centrales y si los elevados precios de los activos de riesgo, ya sea la renta variable, los bonos corporativos o el alto rendimiento, son realmente sostenibles”, afirma MG Capital, sentando las bases de lo que podría estar por venir.
Resumen de los mercados en 2021
2021 fue sin duda un buen año para las principales clases de activos. Las materias primas, animadas por el fin de los cierres, las reaperturas y una recuperación económica muy fuerte, registraron buenos resultados. El índice CRB ha subido más de un 35% desde principios de año. El aumento de la inflación, que se mantuvo gracias a los Bancos Centrales, que inicialmente la consideraron “transitoria” antes de reconsiderar su posición en la última parte del año, proporcionó un apoyo a la valoración de estas materias primas.
Sin embargo, hay que distinguir entre las distintas materias primas, ya que no todas han tenido un comportamiento positivo este año. Por ejemplo, entre los metales preciosos, el oro y la plata en particular han sufrido una caída, a diferencia de las materias primas energéticas, el petróleo, sobre todo. Cabe señalar que, si bien históricamente el oro se considera un activo refugio, especialmente en periodos de alta inflación, y, por lo tanto, funciona bien sobre todo en casos de inflación muy alta y duradera, parece que, por el momento, sólo estamos en la fase inicial de este fenómeno.
Por otra parte, en el lado de la renta fija, se lleva diciendo desde hace años que los propietarios de bonos están destinados a sufrir grandes pérdidas, principalmente debido a un aumento de los tipos. Veremos (probablemente) estas subidas de los tipos de interés en 2022, empezando por la Reserva Federal, pero el año 2021 se cierra con unos diferenciales estables en toda Europa y unos rendimientos de los bonos que cayeron en la primera parte del año, aunque han conseguido recuperarse durante los periodos de riesgo (por ejemplo, en noviembre). En general, si se observan las distintas clases de activos de renta fija, la categoría de grado de inversión ha bajado alrededor de un 1%. Los bonos de los mercados emergentes son los que más están sufriendo (un descenso de más del 10% para los que están en moneda local, según Eaton Vance), y siguen estando bajo presión debido al fortalecimiento del dólar estadounidense, que representa una gran parte de su deuda.
Por último, en lo que respecta al mercado de valores, también aquí muchos osos se sintieron decepcionados. La tesis era que: “Si los mercados bursátiles subieron en 2020 a pesar de los bloqueos y paros económicos debidos al Covid, entonces los mercados se desplomarán sin duda en 2021”. Sin embargo, una vez más, el mercado alcista que ha durado prácticamente desde 2009 (si llamamos a marzo de 2020 una corrección, aunque sea severa) ha continuado su camino, golpeando con breves baches, pero subiendo más o menos constantemente, recompensando de nuevo a los inversores que evitaron el market timing y se mantuvieron en el mercado.
¿Qué hacemos en 2022?
No es posible tener una bola de cristal, pero en sus perspectivas anuales de inversión, Amundi afirma que “los inversores deberían empezar el año con una asignación prudente/neutral (teniendo en cuenta también las altas valoraciones del mercado) e intentar aprovechar las oportunidades de valor relativo presentes a nivel regional y sectorial.”
Para el gestor de activos francés, habrá que prestar atención a “la ilusión de los rendimientos nominales, apuntando en cambio a los rendimientos reales”, mientras que la clásica cartera modelo 60/40 de acciones/bonos, “se pondrá a prueba”.
En efecto, la correlación positiva entre los mercados de acciones y de bonos exigirá, explican los expertos de Amundi, “una asignación de activos más dinámica”, y la subida de los tipos presionará sobre “las zonas de alto coste dentro de los valores de crecimiento”.
La selección de valores debería centrarse en empresas con beneficios y “el poder de repercutir los mayores costes a los clientes, en la calidad y en los valores de valor”, mientras que Europa “debería verse favorecida gracias al programa Next (LON:NXT) Generation EU, con especial atención a la transición ecológica”. En 2022 también debería producirse el regreso de la renta variable de los mercados emergentes a la primera línea.
El objetivo de los inversores, comenta Matteo Germano, responsable de Multi-Asset y CIO Italia de Amundi, debe ser “aspirar a una rentabilidad real positiva y a la preservación del capital”. A falta de alternativas, añade, la bolsa “sigue siendo privilegiada, pero hay que prestar atención a las zonas con valoraciones excesivas o expuestas a la subida de tipos, centrándose en cambio en los mercados más descontados, como los europeos y los emergentes, y en el segmento value”. Ahora más que nunca, la diversificación será esencial.
Para los analistas de Goldman Sachs (NYSE:GS) el aumento de los costes de los préstamos en diferentes partes del mundo será uno de los temas centrales para 2022, con subidas de tipos de interés más tempranas y rápidas “que probablemente apoyen una mayor rentabilidad.”
El gigante suizo UBS (SIX:UBSG), por su parte, espera un 2022 de “dos velocidades”, con altas tasas de crecimiento e inflación en la primera mitad del año “favoreciendo a los mercados cíclicos, como la zona euro.” Sin embargo, afirman que la reducción del crecimiento y la inflación en la segunda mitad del año “impulsará a los sectores defensivos, como la sanidad”, mientras que los niveles aún bajos de los tipos, las rentabilidades y los diferenciales “empujarán a los inversores a seguir diferentes caminos para obtener rendimientos.”
“Mirando más allá”, añade UBS, “la transición hacia el carbono cero y el avance de las revoluciones tecnológicas representarán las tendencias de inversión más importantes de la década, a través de oportunidades en greentech y soluciones sostenibles, así como tecnologías habilitadoras como la inteligencia artificial, el big data y la ciberseguridad.”
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