¿Subirá más la onza de oro?; ¿dejó de ser el refugio de los inversionistas?

La cotización de la onza de oro esta en uno de sus mejores momentos de la historia, a unos pasos de rebasar los 2 mil dólares por cada onza, una cotización histórica que marcaría un hito en el mundo financiero.

En lo que va del año este commoditie ha subido prácticamente 19 por ciento, mientras que, de forma anualizada, es decir el precio más reciente comparado con el precio del mismo día del año anterior, refleja un avance de 24.02 por ciento.

Se trata de una buena ganancia, pero no de una ganancia espectacular considerando que la crisis global del Covid-19 data de febrero de este año y que en diciembre del año pasado se regisyraro9n los primeros casos. Su repunte anualizado es muy similar a un buen año de casi cualquiera de las bolsas industrializadas del mundo.

Pero sí es relevante que la cotización de la onza de oro suba, sobre todo porque en los años recientes se manejó mucho oro en “papel” y se sustituyó por el oro físico, lo que hizo temer a muchos operadores alrededor del mundo que este activo estuviera sobrevendido en el mercado ya que sus existencias físicas podrían no corresponder a los títulos emitidos.

Pero llegó la crisis sanitaria y con ella la económica, revalorando el precio de la onza de oro por el aumento de la demanda de los fondos de inversión para efectos de cobertura ante lo que fue la caída inicial de las bolsas en los primeros meses de la globalización de la pandemia, y la incertidumbre económica que ello generó posteriormente.

Responder a la pregunta sobre si seguirá incrementándose el precio de la onza de oro es complicado, como cualquier pregunta en ese sentido para un mercado de divisas o de metales e incluso accionario.

Sin embargo, debido a las condiciones de la economía global, es altamente probable que en las próximas semanas veamos que la onza de oro finalmente alcanza y se consolida sobre los 2 mil dólares por cada onza; algunas proyecciones hablan de precios cercanos a los 2,100 dólares en un lapso de los próximos seis meses, es decir al primer trimestre del año siguiente.

Hace rato señalábamos que la onza de oro subió en un año más de 20 por ciento y que si bien es un avance importante no es tan espectacular; eso se comprueba porque el potencial de un activo como el de la onza de oro para efectuar movimientos en los mercados es muy relevante, basta recordar lo que pasó con este mercado en la ya lejana Guerra del Golfo Pérsico en el siglo pasado, entre agosto de 1990 y febrero de 1991 para ser exactos.

Si bien la onza de oro sube por el contexto global en el que se desenvuelve la economía y los mercados, su avance no es el de otras épocas.

La explicación es evidente, los mercados financieros se han diversificado a tal grado que llegan a esta gran crisis del siglo 21, la más profunda en casi 100 años, con una amplia variedad de opciones para invertir por parte de los capitales.

Es en este siglo 21 cuando las fuentes de inversión son tan variadas que resulta impensable que un inversionista casi de cualquier país se concentre sólo en una opción por más rentable que esta sea.

De este modo la onza de oro llega a un periodo de ganancias, como el actual, en condiciones muy distintas para los mercados financieros.

En caso de que este activo llegara a subir hasta niveles de 2,100 dólares por onza, hablaremos de un incremento de 5.26 por ciento, en un lapso de seis meses que es la estimación de los analistas especializados en oro.

No es despreciable una ganancia de 5 por ciento semestral, pero puede haber opciones que paguen mejores tasas de retorno, sin considerar que este aumento de la onza de oro es hipotético, podría ser que tome una tendencia inversa y baje si en las próximas semanas o meses se descubre una vacuna 100 por ciento efectiva contra el Covid-19

La onza de oro sólo es reflejo de la forma en la que han evolucionado los mercados, lo han hecho tanto que el activo de cobertura por excelencia hoy vive un periodo de ganancia, pero no de la magnitud esperada por las dimensiones de la crisis que vive gran parte del mundo.

No cabe duda que los mercados y las generaciones evolucionan, la onza de oro habría sido hace apenas dos décadas un verdadero “manjar” para los inversionistas, hoy es sólo una de las tantas opciones que existen.

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