Inmunización; buenas noticias, pero persisten los temores

El proceso de inmunización en todo el mundo avanza, sobre todo en los países más industrializados en los que el ritmo de vacunación se ha incrementando en el último mes.

El reporte más reciente señala por ejemplo que en Estados Unidos el promedio diario de vacunación rebasa ya ligeramente los 3 millones de personas diarias, un buen ritmo, aunque todavía insuficiente para lograr el rezago de las primeras semanas de vacunación a principios de año-

En otras naciones los rezagos se mantienen, es el caso de Europa en donde no hay señales de que la mayoría de la población pueda estar inmunizada por completo este año, el objetivo podría alcanzarse hasta el año siguiente.

En Latinoamérica es un hecho que todos los países de la región no habrán alcanzado la inmunidad total en este año; de hecho, es posible que muchas de las naciones en la región alcancen dicho objetivo primero por la inmunidad de rebaño, antes que por el proceso de vacunación,

Específicamente, las tres mayores economías latinoamericanas son un desastre, y la cuarta de ellas, Chile, sigue lidiando con la pandemia a pesar del éxito alcanzado en la vacunación al convertirse en la nación que más vacunas puso a su población.

Brasil, México y Argentina, son un desastre en este asunto, sus procesos de vacunación son sumamente lentos; de mantenerse dicho ritmo, es probable que hayan vacunado a toda su población hasta mediados del año siguiente, en el mejor de los caos.

En este último país, Argentina, el fin de semana se conoció una noticia que muestra con toda precisión el nivel de control que tiene sobre la pandemia. El presidente del país, Alberto Fernández, inmunizado apenas el pasado 21 de enero, volvió a contagiarse de Covid-19, más postales del desastre que ha sido la gestión de la pandemia en Latinoamérica no puede haber.

Todo lo anterior nos remonta a la frase que se ha convertido en un lema en esta era post-Covid que no termina de llegar: “nadie está a salvo hasta que todos estemos a salvo”.

Se refiere el hecho de que no hay economía o individuo que puede declararse completamente a salvo, libre de los efectos del coronavirus, hasta que todo el planeta esté a salvo, inmunizado por completo.

Los riesgos de rebrotes no son un juego sino una auténtica realidad, sobre todo en naciones en las que ha quedado plenamente demostrado que la gestión de la pandemia es un fracaso, muchas veces, hay que decirlo, dicha gestión tuvo que ver con estrategias políticas más que de sanidad, caro lo han pagado sus pobladores.

El proceso de vacunación avanza, y en algunas regiones avanza bien, en otras no tanto. Pero, mientras haya zonas en riesgo, con un enfoque político sobre la pandemia y sus efectos, existe el riesgo de que los rebrotes sigan limitando el potencial de recuperación económica largamente acariciado.

No se nos puede olvidar: Nadie está a salvo, hasta que todos estemos a salvo.