¿Por qué la estanflación puede convertirse en una amenaza global?

Estados Unidos y China encabezarán la recuperación económica en este año, los dos gigantes compensarán con creces el mal año 2020; en el caso de Estados Unidos se compensará con creces el desplome del año pasado de 3.5 por ciento por un avance de 6 por ciento o superior, proyectado para este 2021.

En el caso de China debemos recordar que pese a todo el año pasado no tuvo un PIB negativo, aunque sí creció mucho menos para la capacidad que tiene el gigante asiático, su avance de 2 por ciento en 2020 será ampliamente superado este año con un PIB proyectado de cuando menos 8 por ciento.

Pero en casi todo el resto del mundo la fotografía es otra, empezando por Europa Occidental que en el mejor de los casos tendrá un incremento marginal en su crecimiento, hasta otras zonas del planeta como Latinoamérica y África.

En estas partes del mundo el crecimiento podría ser opacado por otro fenómeno que ya presenta signos, el de la inflación. Así, un crecimiento moderado, combinado con un repunte de los precios generales (inflación), podría ser un escenario que, de perdurar por varios meses, o quizás años, llevarían a una buena parte del planeta a lo que se conoce como estanflación, un gran riesgo que ninguna economía quisiera vivir.

La estanflación en pocas y sencillas palabras es el estancamiento económico con inflación; las economías no crecen o crecen muy poco, lo hacen de manera insuficiente, mientras que al mismo tiempo se genera una carrera alcista en los precios internos.

Este fenómeno es uno de los más complejos de resolver para cualquier economía en el planeta porque es necesario poner orden en dos indicadores que están íntimamente relacionados, mover uno o afectarlo significa impactar en el otro, estos indicadores son: crecimiento e inflación.

Acabar con la estanflación no es fácil, las economías que la han padecido han tardado cuando menos 5 años, con secuelas que tardan todavía más.

Es complico generar políticas públicas para impulsar el crecimiento sin provocar aumentos en los precios generales; de igual modo es difícil bajar la inflación sin provocar que se desestimule la actividad económica y con ello el crecimiento.

Este fenómeno podría ser una de las grandes amenazas para buena parte de las economías del planeta en los próximos meses, algunas naciones ya muestran signos y estos podrían pronunciarse si no se corrigen.

En Europa hay repuntes inflacionarios, claramente los precios se han incrementado, sin que corresponda un avance en el crecimiento económico, no un avance superior a la inflación.

En América Latina los ejemplos sobran, el caso de México, Brasil, Argentina y Chile es lo más preocupante porque estas naciones son la base de la economía de la región y en todas ellas existen los dos elementos que pueden detonar un proceso de estanflación, por sus historias económicas sabemos que no es fácil sacar a todas estas naciones de procesos de deterioro, es ese el riesgo mayor.

En Brasil, México, Argentina y Chile, especialmente en las tres primeras economías mencionadas, se ha registrado durante el primer trimestre del año un impulso de la inflación que supera ya las expectativas de crecimiento económico para este y el año siguiente, una muy mala noticia.

Si el estancamiento con inflación se acerca peligrosamente a Latinoamérica, también asoma en Europa; el gran riesgo se llama Alemania, el motor económico de la región.

De acuerdo con el Bundesbank, la expectativa de crecimiento del PIB para este año en Alemania es de 3 por ciento, mientras que la tasa de inflación se acerca mucho al 2 por ciento, entre 1.8 y 1.9 por ciento; es un equilibrio muy frágil. Cualquier factor que detone mayor inflación pondrá nerviosos a los mercados del mundo.

La estanflación podría convertirse en una amenaza real para los próximos meses en varias partes del mundo, por si no le faltaran problemas a la inmensa mayoría de las economías del planeta en esta era en la que ni siquiera se ha salido por completo de la pandemia.