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Extracto:El hotel más icónico y lujoso de Nueva York, que llegó a ser propiedad de Donald Trump, cobra hasta 50.000 dólares por noche. Yo he estado y esta es la experiencia
El Plaza de Nueva York es uno de los hoteles más famosos y lujosos del mundo.
Recientemente nos hemos hospedado en el Hotel Plaza para ver si sigue a la altura de las expectativas.
Aunque el encanto y el lujo del hotel son innegables, necesita algunos retoques para adaptarse a la actualidad, incluyendo mejoras en el acceso a internet y ofrecer una mayor variedad en las opciones de entretenimiento en la habitación.
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No es exagerado decir que el Plaza en es el hotel más emblemático de Nueva York. Cuando se inauguró en 1907, los periódicos lo declararon “el mejor hotel del mundo”.
Desde entonces, ha sido la sede de la gente más rica de Nueva York. Por allí han pasado desde los descendientes de las familias Vanderbilt y Kennedy hasta artistas y personalidades de la alta sociedad estadounidense como F. Scott y Zelda Fitzgerald. Embajadores, princesas, actores y actrices se han hospedado en el hotel.
Pasó por primera vez a formar parte del imaginario común gracias a la novela de Fitzgerald ''El Gran Gatsby'' y desde entonces ha sido el escenario de innumerables películas, programas de televisión y obras literarias. En los últimos años ha aparecido en ''Solo en casa 2: Perdido en Nueva York'' y ''La gran estafa americana''.
El presidente Donald Trump fue dueño del hotel durante un tiempo. Lo compró en 1988 por 390 millones de dólares (alrededor de 350 millones de euros), lo que hoy en día se traduciría en 807 millones de dólares (unos 722 millones de euros).
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En una carta a la revista New York Magazine, el presidente declaró: “No he comprado un edificio, he comprado una obra maestra: la Mona Lisa. Por primera vez en mi vida, he hecho un trato que no era económico, porque nunca podré justificar el precio que pagué, no importa el éxito del Plaza”.
El hotel ha tenido muchos propietarios a lo largo de sus más de 100 años de historia. Nosotros nos hemos hospedado en el hotel para ver si todavía conserva el encanto real por el que siempre ha sido conocido.
El Hotel Plaza está ubicado en el centro de Manhattan, en el extremo sureste de Central Park, cerca de Grand Army Plaza. La ubicación es inmejorable para percibir esa sensación clásica y elegante que ofrece la parte más lujosa de la ciudad.El Hotel Plaza fue construido por el banquero Bernhard Beinecke, por el hotelero Fred Sterry y por Harry S. Black. Abrió sus puertas en 1907. De hecho, reemplazó a otro hotel con el mismo nombre y en el mismo sitio, que estuvo abierto desde 1890 hasta alrededor de 1905.
Hoteles históricos de America
La entrada está forjada en oro y en color negro. La que vemos a continuación no es la entrada original del edificio, ya que esta se encuentra en la Quinta Avenida. En 2008, el hotel reabrió sus puertas tras una renovación cifrada en 400 millones de dólares (unos 358 millones de euros) para crear 282 nuevas habitaciones y 152 espacios comunes.A pesar de las reformas, la mayor parte del hotel, al igual que la entrada que se observa, se ha conservado o restaurado siguiendo el aspecto original. El edificio es un icono de la ciudad de Nueva York desde 1969 y un icono histórico nacional desde 1986.El nuevo vestíbulo del hotel es tan elegante como cabría esperar. El hotel tardó dos años en construirse y costó 12 millones de dólares (casi 11 millones de euros) cuando se inauguró a principios del siglo XX. Se trataba de una suma de dinero sin precedentes en ese momento.En el Champagne Bar se sirve champán y vino por la noche, mientras que funciona como una cafetería durante el día. Antiguamente se conocía como Porche de Champagne, se encontraba en el mismo lugar y era el restaurante más exclusivo del hotel. Entre las celebridades que han comido allí se encuentran el Príncipe de Gales y Diamond Jim Brady.
El Champagne Bar
Cuando entré, me dijeron que me habían asignado una suite situada en una de las esquinas del hotel. Como sabían que iba en nombre de Business Insider, estoy seguro de que la elección no fue casualidad. El servicio fue amable y rápido. Me facilitaron la llave en menos de un minuto y me indicaron que tendría una copia del New York Times en la puerta de mi habitación por la mañana.La joya de la corona del Plaza podría ser el Palm Court, en el que se sirven desayunos, té, bocadillos y cócteles. Este lugar ha aparecido en muchas novelas y películas populares, incluyendo ''El Gran Gatsby''.
Cenando en el Plaza
Este precioso techo se reformó en la década de 1950. No obstante, no fue descubierto hasta la década de 1980, cuando Trump se convirtió en el propietario del hotel. A principios de la década del 2000, los promotores restauraron el techo, utilizando fragmentos de vidrio incrustados en las paredes para averiguar qué tonos de vidrio verde y rosado debían utilizar.
Fuente: The New York Times
Aunque ya se le había visto en películas, el hotel hizo su aparición estelar en 1959 en el clásico “Con la muerte en los talones” de Alfred Hitchcock. Según los archivos históricos del hotel, esta fue la primera vez que un equipo de producción, un director y un elenco de actores se reunieron en el hotel Plaza para hacer una película en lugar de filmarla en un escenario de Hollywood.Debido a que el Plaza es un referente, se mantiene más o menos como lo diseñó originalmente Henry Janeway Hardenbergh. Las alfombras, que imitan el revestimiento de la parte inferior, son uno de los pocos añadidos.Este es el Oak Roam. En las primeras décadas del hotel, era un comedor sólo para hombres. En 1969, la Organización Nacional de la Mujer protestó contra las políticas discriminatorias en Nueva York. Pocos meses después de la protesta, el Plaza abrió sus puertas a las mujeres. Hoy en día es, principalmente, un espacio de eventos.
Fuente: Town & Country Magazine
El impresionante Grand Ballroom ha sido el escenario de algunos de los eventos más famosos del mundo del espectáculo y ha presenciado las fiestas más animadas. Aquí fue donde Truman Capote celebró su legendario ''Baile Blanco y Negro'' en 1966.Los pasillos son sencillos, pero están decorados con elegancia. Los espacios comunes huelen a orquídeas.Me dieron la Carnegie Park Suite que, según me explicaron, tiene vistas parciales a Central Park. Cuesta alrededor de 2.500 dólares (algo más de 2.200 euros) la noche, aunque varía dependiendo de la temporada y la disponibilidad.
The Carnegie Park Suite
Tiene 300 metros cuadrados (es decir, casi el doble de tamaño que mi apartamento) y es una de las nueve suites que hay en el hotel. El sofá se convierte en una cama doble.Cuando llegas, te reciben con un surtido de frutas y un refresco.Me encontré una carta escrita a mano por el servicios de invitados VIP y una libreta pequeña con bolígrafo de cortesía. Es un poco más ancha que las libretas que dan en la mayoría de las habitaciones de hotel.La vista a Central Park era bonita. Pero apuesto a que se ve mejor en verano.La cama king era (alerta de spoiler) muy cómoda. Me resultó más firme que mi cama habitual. A la mañana siguiente, me desperté con mucha energía.Este pasillo tiene más espacio que muchos apartamentos de Nueva York.El armario del vestíbulo es también muy espacioso, para que quepa todo el equipaje.El cuarto de baño dispone de habitaciones separadas para el aseo y la ducha.El mosaico de oro en la bañera era mi parte favorita de la habitación. Parecía hecho para la realeza. El Plaza es el único hotel en el mundo que tiene detalles decorativos bañados en oro de 24 quilates de Sherle Wagner.Todos los productos de baño proceden de la famosa casa francesa de perfumería y cuidado de la piel Guerlain, que también gestiona el spa del hotel.El dormitorio principal es muy grande. Hay espacio suficiente para que entren dos mesas de noche y un sillón para leer. Detrás de las cortinas hay un pequeño balcón.La suite tiene un agradable espacio con función de minibar.Pero el minibar, como los de todos hoteles, hay que pagarlo aparte. ¿Quién querría una bolsa de M&M's de 12 dólares (casi 11 euros)?Si olvidas algo, o quieres pedir cualquier cosa al servicio de habitaciones, hay un iPad para poder hacerlo. Se me olvidó mi cepillo y pasta de dientes, así que lo pedí en la aplicación de conserjería.El Plaza tiene una amplia selección de opciones gourmet disponibles las 24 horas, como una ensalada de langosta Cobb (43 euros), caviar ossetra estadounidense de reserva privada (unos 265 euros), o un filete de costilla con hueso de 500 gramos (casi 65 euros).En vez de pedir comida, bajé al Rose Club, uno de los tres restaurantes del Plaza. En su apogeo de los años cincuenta y sesenta, era conocido como el Club Persa y acogió a artistas legendarios como Miles Davis y Duke Ellington.Me quedé en el hotel el miércoles por la noche, que era la noche de jazz en el bar. La cantante Kat Gang y su cuarteto tocaron una mezcla de swing y cool jazz. Le dio mucha vida a este clásico lugar neoyorquino.
El menú del Rose Club
El Rose Club tiene un extenso menú de cócteles, comida y postres, pero no es barato. Este cóctel (una mezcla de bourbon, cerveza de jengibre y algunas otras cosas) costaba 24 dólares (unos 22 euros). El pastel de chocolate con sorbete de canela y naranja sanguinelli costaba 18 dólares (alrededor de 16 euros). El postre valía la pena, aunque no pude terminarlo. El cóctel, no.La escalera que parte desde el Rose Club hasta el vestíbulo principal es muy elegante.Cuando volví a la habitación, me alegré mucho al ver que el servicio me había dejado un par de zapatillas colocadas al lado de la cama y el cepillo y la pasta de dientes que pedí. Un buen detalle.Por otro lado, no me gustó el servicio de internet. Me parece innecesario que un hotel de lujo cobre a sus huéspedes de 15 a 25 dólares (13 a 22 euros) al día por usar Internet. Debería ser un servicio gratuito hoy en día.El servicio de televisión por cable del Plaza es bastante mediocre. Aunque ofrece canales premium como HBO, la interfaz es difícil de entender y encontré multitud de canales que no funcionaban. Debería haber una conexión para AppleTV o Chromecast para que los huéspedes puedan ver Netflix o Hulu.Me desperté a la mañana siguiente y me encontré con el New York Times esperando en mi puerta. Normalmente miro Twitter para leer las noticias, pero esta resultó ser una buena forma de pasar la mañana.Soy fan de las duchas extremadamente calientes y con cabezales con mucha presión. La ducha del Plaza no decepcionó.Decidí empezar la mañana como siempre, con un entrenamiento (es broma). El gimnasio está situado en el balneario, dirigido por Guerlain.
Fuente: Guerlain Spa
El espacio está a la altura de la elegancia de Guerlain. Hay probadores de perfumes caros por todas partes y si quieres una copa de vino mientras esperas tu masaje o tratamiento de piel, la tienes.El gimnasio, aunque no es demasiado grande, tiene todo lo que necesitas: pesas, elípticas, cintas de correr, bicicletas estáticas y varias máquinas de hacer ejercicio. Desafortunadamente, la sauna estaba fuera de servicio.Después del entrenamiento, hice un breve recorrido por el hotel. Mi primera parada fue una de las habitaciones estándar, de 150 metros cuadrados, (unos 493 euros por noche). Es menos espaciosa, pero cuenta con una cama king y las decoraciones clásicas del Plaza.El baño es esencialmente una versión más pequeña del de la suite en la que me quedé. Conserva el mosaico de oro.Mi siguiente parada fue en la mejor de todas las habitaciones del hotel, la Royal Plaza Suite. La suite de tres dormitorios, que cuenta con 1.370 metros cuadrados de espacio, cuesta entre 30.000 y 50.000 dólares por noche (entre 26.000 y 45.000 euros). Está a la altura de un rey.El recibidor de la entrada es elegante. El estilo decorativo de la suite está inspirado en la corte real de Luis XV. Evoca a Versalles por dentro.El vestíbulo me recordó a un laberinto, con habitaciones y pasillos que salían por todas las direcciones. A la derecha, la entrada a la suite. Enfrente, la biblioteca. A la izquierda, el salón y el dormitorio principal. Detrás, el gimnasio y la cocina.El estudio y la biblioteca parecían un lugar ideal para relajarse. En el Plaza dicen que los libros fueron elegidos por Prosper Assouline, el fundador de la editorial de libros de lujo Assouline.Hay un gimnasio en la suite con una bicicleta, una máquina de remo, un banco y una máquina multiusos. Parecía faltar un poco de espacio, pero estoy seguro de que era menos pequeño de lo que parecía.La cocina tiene todos los electrodomésticos de alta calidad, pero seamos honestos: si te gastas unos 27.000 euros por noche en una habitación, es probable que vayas a comer a un restaurante.La sala de estar es bastante más grande que mi apartamento. Hay un piano de cola junto a la ventana y mucho espacio para el entretenimiento.Tiene, además, una mesa de comedor para diez personas. Si esto no parece el típico lugar donde se crían los hijos de los ricos oligarcas rusos y se les dice que deberán hacerse cargo del negocio familiar, no sé lo que parece.La suite tiene un pasillo bastante largo que conduce al dormitorio principal. Crea una buena sensación de distancia entre las zonas de estar y la de dormir.Las ventanas del dormitorio principal dan a la Quinta Avenida y a Central Park.El dormitorio principal tiene su propio vestidor con armarios empotrados. Si te quedas aquí seguro que no llevas poco equipaje.El baño, como todos los baños del Plaza, es exquisito. (En serio, creo que los baños son mi parte favorita del hotel). Una bañera inclinada con accesorios dorados. Disfrutarás más de esta foto si te imaginas que está llena de burbujas y tiene un patito de goma o dos.Los otros dos dormitorios de la suite son en realidad suites separadas a las que se accede por una puerta del vestíbulo. Son espaciosas, pero no muy diferentes al resto de habitaciones del Plaza.Hay un par de suites únicas, como la Suite Fitzgerald, construida en 2013 y disponible a por 2.295 dólares (2.055 euros). La suite fue inaugurada después del estreno de la película “El Gran Gatsby” y está inspirada en F. Scott Fitzgerald y en su esposa Zelda, que se hospedaban en el hotel con frecuencia.También está la Suite Eloise, diseñada por Betsy Johnson, basada en la serie de libros protagonizada por la chica del mismo nombre. La protagonista pasaba sus días en el hotel, al igual que Kay Thompson, la autora de la serie, que vivió en él algunos meses.El Plaza está a la altura de las expectativas, aunque se empieza a notar la antigüedad en algunas cosas. Sus encantos son innegables, incluso en estos tiempos, en los que el minimalismo se ha convertido en la norma.
Pros:
Servicio impecable
Preciosas habitaciones y baños
Ubicación inmejorable para visitar la parte alta de la ciudad de Nueva York
Contras:
No hay Wi-Fi gratis
Pocas opciones de entretenimiento en la habitación
Precios altos para cenas y cócteles
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