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Extracto:A pesar de que preveía un 2021 más tranquilo, Portugal fue sorprendido en el arranque del año con un nuevo mazazo pandémico en forma de confinamiento que paralizó la economía durante meses, y cerró el ejercicio con el inesperado rechazo del presupuesto para 2022.
A pesar de que preveía un 2021 más tranquilo, Portugal fue sorprendido en el arranque del año con un nuevo mazazo pandémico en forma de confinamiento que paralizó la economía durante meses, y cerró el ejercicio con el inesperado rechazo del presupuesto para 2022.
El primer año de pandemia acabó con una caída del PIB del 8,4 %, la mayor contracción desde 1995, y la expectativa de un fuerte despegue de la recuperación en 2021, con el inicio de la vacunación.
Pero estas previsiones se desinflaron cuando la tercera ola colapsó el país y obligó al Gobierno a volver a decretar un confinamiento general en enero, que no empezó a levantarse, muy tímidamente, hasta marzo.
Tanto el Ejecutivo del socialista António Costa como las instituciones rebajaron entonces sus previsiones económicas; en febrero, Bruselas llegó a reducir en más de un punto el crecimiento del PIB estimado tres meses antes.
Ahora, las proyecciones rondan un avance del 4,5 %.
TURISMO, EL MÁS AFECTADO
El turismo fue uno de los más afectados por el coronavirus, lo que se traduce en un golpe para toda la economía, ya que es uno de sus motores: en 2019 representaba el 15,3 % del PIB portugués.
“El gran impacto de la covid-19 en la economía no fue a nivel de empleo. Portugal tiene una componente fuerte de exportaciones de turismo y solo ahora se está recuperando bien”, explicó a EFE el economista João Abel de Freitas, ex director general del Gabinete de Estudios y Perspectivas del Ministerio de Economía.
Las restricciones para viajar y en especial las aplicadas por el Reino Unido, que antes de la pandemia representaba un quinto de los turistas extranjeros, lastraron al sector, sobre todo en el Algarve y Madeira.
Este año se quiere olvidar y ya se apunta a la primavera de 2022 para la reactivación, aunque no sin incertidumbre: “Vamos a ver si salvamos la Semana Santa de 2022”, dijo este mes la secretaria de Estado de Turismo, Rita Marques.
EL EMPLEO RESISTE, FALTA MANO DE OBRA
Aun así, los niveles de empleo se han mantenido estables gracias a los programas de “lay-off”, que permitieron suspender contratos de forma temporal o reducir horarios.
La tasa de desempleo está en el 6,1 %, ligeramente por debajo del dato de hace dos años, según el Instituto Nacional de Estadística.
Incluso falta mano de obra que puede “dificultar” la recuperación en sectores como la construcción civil, el turismo y la agricultura, señala Abel de Freitas, que también menciona como problemas el precio de la energía y las dificultades en los suministros, comunes a toda Europa.
RECUPERAR EN 2022
“La recuperación de Portugal va a depender de la europea”, considera este analista.
Otros, como Pedro Martins, de la Nova SBE, alertan en declaraciones a EFE de que la recuperación lusa “podrá demorar más tiempo comparado con otros países de Europa occidental e incluso del este”.
“Hubo una caída de la inversión pública en los últimos 10 años” que puede “condicionar” la recuperación, avisa Martins, porque las fragilidades de los apoyos estatales en sanidad, educación, justicia o transportes afectan también al dinamismo del sector privado.
Las reivindicaciones del sector de la educación o el Sistema Nacional de Salud (SNS) han sido un dolor de cabeza para el Gobierno de Costa desde hace años, y continúan.
En la recta final de este año se han sucedido las dimisiones de médicos en hospitales por falta de recursos -la última fue anoche, en Póvoa de Varzim- y los reclamos para contratar más profesores.
LA INESPERADA CAÍDA DEL PRESUPUESTO
Más mejoras para el SNS fueron también una de las exigencias de los antiguos socios de izquierda del Gobierno, el Bloco y los comunistas, para las cuentas de 2022, que acabaron con un inesperado rechazo en el Parlamento que precipitó el adelanto electoral para el 30 de enero.
Los analistas consultados por EFE no consideran que empezar el año sin presupuesto tenga un impacto significativo en la economía, pero habrá que ver los efectos de la crisis política, ya que los sondeos arrojan un resultado incierto.
Si las urnas dictan un Gobierno con una mayoría más asentada, “hasta será ventajoso”, dice Pedro Martins. Si ocurre lo contrario, “estos meses de inestabilidad política se habrán perdido y tendrán costes para el país”.
Preocupan también los retrasos en la gestión de los fondos europeos, claves para la recuperación. “Puede haber indefinición en términos de lanzamiento de nuevos concursos, algunos pueden tardar más en ser aprobados, los criterios para la selección de candidaturas podrán ser menos claros...”, recuerda el profesor de la Nova SBE.
Portugal recibió el primer pago, de 2.100 millones, en verano. Tiene previsto solicitar el segundo a principios de 2022.
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