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Extracto:Parece que el país está destinado a padecer una crisis generacional; ninguna nación ha estado en problemas tanto tiempo.
*Parece que el país está destinado a padecer una crisis generacional; ninguna nación ha estado en problemas tanto tiempo.
Argentina está en crisis una vez más; o quizás nunca ha salido de la crisis que la azota desde hace décadas, como algunos analistas se atreven a señalar.
En las últimas siete décadas Argentina se la ha pasado en constantes crisis y en periodos de recesióm.
Es casi un cuarto de siglo, poco menos de 25 años, en los cuales la economía se contrajo.
Con tal récord es sin duda uno de los lideres en el ranking que ningún país quiere liderar, el de las naciones con más tiempo en recesión.
Ninguna otra economía ha tenido un comportamiento tan errático desde la mitad del siglo pasado.
Es así como este año el pais está sumido en una nueva crisis, de esas que parecen ser la constante generacional.
Las cifras eñalan que la tasa de desempleo es las más alta en más de una década: 10.6 por ciento, más un 13 por ciento de personas con empleos precarios y de plano en la informalidad.
Asimismo, la pobreza subió enormemente a casi 35 por ciento%, mientras que el 50 por ciento de los niños es pobre, una estampa devastadora de la que todavía se dice que es una de las principales economías de la región. Si así está una economía destacada ¿cómo estarán las que no lo son?
La crisis en Argentina ha sido especialmente dura desde el año 2015; el dólar pasó de valer 9 a 60 pesos; por su parte la inflación pasó del 25 al 50% y la pobreza subió del 25 al 35%.
Asimismo, las estadísticas señalan que existen 5 millones de nuevos pobres y se calcula que el 10 por ciento de los argentinos no puedan cubrir sus necesidades alimenticias básicas, en un país que produce alimentos para 400 millones de personas.
En esos años el país se endeudó en más de 100 mil millones de dólares y lo que es peor, nadie sabe bien a bien el destino de esos recursos.
Actualmente, Argentina es el mayor deudor mundial del Fondo Monetario Internacional (FMI), con 57 mil millones de dólares, y en el horizonte se avisoran nuevos mecanismos de reestructura financiera para intentar salir de la actual crisis.
Y algo es un hecho rotundo, la crisis de Argentina no se derivó por la pandemia del Covid-19, sólo se profundizó; antes de que llegara el virus al mundo este país austral ya estaba en una clara crisis.
Argentina ya atravesaba una grave crisis económica cuando empezó la pandemia, eso le provocó ser uno de los países más golpeados del mundo en 2020.
Pero llevaba dos años de recesión y tenía una de las peores tasas de inflación y una de las monedas más devaluadas del mundo, cuando llegó el coronavirus en marzo de 2020.
El temor a la covid-19 y la prolongada cuarentena que ordenó el gobierno para tratar de frenarlo, provocaron una contracción económica de casi el 10%.
Esta cifra es un punto menor a la caída del Producto Interno Bruto (PIB) que sufrió Argentina durante la crisis de 2001/2002, que hasta ahora había sido la peor en su historia, cuando más de la mitad de la población cayó por debajo de la línea de pobreza.
Así, hoy más de cuatro de cada diez argentinos son pobres, según cifras que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
Con los precios subiendo un 40% a tasa anual y el peso depreciándose casi 30% en 2020 y aún más el año anterior, no es difícil entender por qué cada vez son más los pobres en este país.
El presidente Alberto Fernández, quien asumió tres meses antes de que empezara la pandemia, debió reestructurar una enorme deuda heredada (equivalente al 90% del PIB del país), y no pudo acceder a los mercados de crédito, como han hecho tantas otras naciones para financiar la crisis sanitaria.
En lugar de eso, ha recurrido a la emisión monetaria -es decir, a imprimir dinero-, acelerando el efecto inflacionario.
Y no hay forma de que todo lo anterior no se haya vivido en otras épocas; parece una historia sin fin, un sufrimiento interminable para millones de argentinos, la crisis generacional que parece nunca terminará, todo parece indica
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