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Extracto:La región podría recuperarse de la pandemia este año, pero no regresaría al camino previo
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha lanzado una alerta por Europa y su economía en el sentido de que el virus se mantendrá como un factor determinante para el futuro del corto plazo. La recuperación podría ser lenta y desigual por dicho factor.
El Departamento Europeo del FMI estima que el crecimiento económico de Europa tendrá este 2021 un repunte de hasta 4.5 por ciento, siempre y cuando las vacunas estén ampliamente disponibles este periodo y también a lo largo del próximo año. Mientras que para 2022 prevé un crecimiento de 3.9 por ciento.
Los datos anteriores representan una noticia buena y una mala para la región, en caso de que se cumplan. La buena noticia consiste en que la economía europea volvería a su nivel anterior a la pandemia, repetimos siempre y cuando se cumplan.
Pero, esta recuperación no sería suficiente para que la misma economía regresara a la trayectoria esperada antes del fenómeno sanitario.
El virus y sus múltiples impactos están ligados a la situación en Europa, una región que es vital para la economía mundial.
La mayor preocupación a mediano plazo es la recuperación de la economía, que no sería una realidad mientras las personas que quedaron sin empleo no lo hayan recuperado.
Y la recuperación está en riesgo porque, a decir del FMI, y sus analistas, factores como las brechas observadas durante la pandemia en la educación y la formación de los trabajadores no se han cerrado; además, las inversiones se aplazan permanentemente o los recursos permanecen en sectores en declive, en lugar de trasladarse a otros que están en expansión.
Según el FMI, la prioridad más importante para Europa en estos momentos debe ser impulsar la producción de vacunas. Esto es fundamental no sólo para Europa, sino también para el mundo. Resulta que Europa es gran centro de producción de vacunas.
Pero de manera simultánea, los responsables políticos tienen que seguir apoyando la recuperación económica.
Entre más rápida sea la recuperación, menos efectos experimentarán los ciudadanos y las empresas.
Así, la política fiscal debe desempeñar un papel cada vez más importante en las economías porque resulta que la política monetaria -con las tasas de interés en su punto más bajo- es menos eficaz para impulsar la producción.
Pero hay algo muy importante. El FMI advierte que la naturaleza del apoyo fiscal tendrá que cambiar. Por un lado, las políticas del mercado laboral han proporcionado salvavidas sin precedentes.
En su punto álgido permitieron salvaguardar 68 millones de puestos de trabajo. Mientras la actividad económica siga siendo débil, el apoyo debe continuar, pero moverse gradualmente a ayudar a los trabajadores a encontrar nuevas oportunidades de trabajo en los sectores emergentes.
Por su parte, las políticas de apoyo al sector empresarial deberían orientarse más hacia las empresas viables y centrarse en el fortalecimiento de la solvencia de las empresas, en lugar de limitarse a proporcionarles liquidez.
El FMI pone cifras sobre la mesa, estima que las empresas viables necesitarán un aumento de capital equivalente a entre 2 y 3 por ciento del PIB para seguir siendo solventes, hoy día están en riesgo al menos 15 millones de puestos, según los funcionarios del organismo.
Asimismo, las políticas financieras deberían seguir permitiendo a los bancos mantener el flujo de crédito, pero es necesario provisionar adecuadamente los préstamos morosos, al tiempo que se da tiempo a los bancos para reponer los colchones de capital a medida que expiran las medidas contra la crisis.
En las Perspectivas Económicas Regionales para Europa, presentadas este miércoles, se analiza el impacto de las medidas fiscales adicionales para apoyar ese cambio de políticas.
Estas medidas podrían incluir transferencias adicionales dirigidas a los hogares necesitados, subsidios a la contratación para reintegrar más rápidamente a los desempleados, créditos fiscales temporales a la inversión para adelantar la inversión privada y planes de apoyo al capital para las empresas viables que lo necesiten.
No se trata de un paquete que impulse el gasto de forma indiscriminada y permanente, sino de una inyección temporal y bien dirigida a la demanda y la oferta. “Consideramos que este apoyo adicional -fijado en un nivel del 3% del PIB durante 2021-22- podría elevar el PIB en aproximadamente un 2% a finales de 2022. A medio plazo, los sólidos efectos de estas medidas por el lado de la oferta reducirían el impacto de la cicatrización a más de la mitad”, dijo el FMI
Europa está en recuperación, pero no tiene garantizado el éxito ni el reinicio del camino al desarrollo en la era post-pandemia, tendrá que buscarlo por sí misma porque los mecanismos globales prácticamente se agotaron con la pandemia. El virus y sus múltiples efectos permanecerán vigentes por muchos años alrededor del mundo, tal como se pronosticó.
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