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Extracto:En el punto más bajo de la crisis generada por el Covid-19 la cotización tocó un mínimo de 16.94 dólares por barril, en la modalidad WTI
La recuperación de la economía global esperada para el presente año sería el elemento principal por el cual la cotización del precio del petróleo registra el repunte que hemos observado los meses previos.
De acuerdo con las cotizaciones en el mercado, el barril del petróleo texano de referencia, conocido como WTI, se acerca a los 60 dólares por barril, el viernes anterior se ubicó sobre 57.08 unidades; es su mejor cotización en más de un año ya que desde el 12 de enero de 2020 no se ubicaba en esos rangos.
De hecho, si consideramos el punto más bajo que tocó este petroprecio en el peor momento del shock provocado por la pandemia el año pasado, en abril, se registra una recuperación de 236 por ciento. Como sabemos, el 19 de abril de 2020 la cotización del WTI se ubicó en 16.94 dólares por barril, el resto de las modalidades de petróleo también se desplomaron entonces a niveles no registrados en al menos una década, desde la crisis subprime.
La recuperación pareciera espectacular, pero no olvidemos que venimos de un shock, de un colapso pocas veces observado en los mercados y que el repunte solamente obedeció a las expectativas de recuperación para el año en curso, que se cristalizan paulatinamente, pero con ciertas condicionantes.
La recuperación de los precios del petróleo en las primeras semanas de este año obedece a las expectativas de crecimiento económico; según las más recientes proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía del planeta crecerá este año 5.5 por ciento después de haber experimentado un desplome de 3.5 por ciento el año pasado a causa del ya conocido factor Covid-19.
Con esta proyección, es posible que la demanda de petróleo se incremente por la simple inercia de crecimiento que se espera, en repunte encabezado por China será factor más que determinante en los meses siguientes; Estados Unidos también tendrá un avance importante en su economía, se espera que esta se incremente 5.1 por ciento después de una caída de 3.4 por ciento en 2020.
Pero ¿porqué crecería la demanda de petróleo y con ello subiría su precio si muchos sectores de alta demanda de combustible siguen afectados? La pregunta es válida considerando que en efecto varios sectores económicos que demanda combustible se encuentran todavía muy afectados; es el caso de la industria de la aviación, los viajes no repuntarán en el mundo antes de que haya un avance importante en la inmunización mediante vacunas de gran parte de la población al menos en las naciones industrializadas. Más allá, la llegada de factores como el home office y la revolución tecnológica que significó la conectividad a gran distancia en los meses del Gran Confinamiento, hacen prever que los viajes no serán como antes y que al menos una parte importante de la demanda, es decir los viajes de negocios, quizás permanezcan afectados por muchos años.
También es un hecho que la demanda de petróleo en algunas regiones importantes del planeta no se recupere completamente este año, sino mucho después; es el caso de Latinoamérica, región que apenas crecerá 4.1 por ciento en este año después del desplome de 7.1 por ciento que sufriera en 2021.
También existe otro factor que es como una sombra constante sobre los precios del petróleo a nivel mundial, la sobreoferta contenida en el mercado.
Como sabemos, en el mundo existe una sobreproducción por parte de los principales productores del planeta; existen acuerdos de límites a dicha producción para evitar el desplome adicional de lo precios, si no fuera por eso las cotizaciones actuales del petróleo estarían mucho más bajas de lo que alcanzaron a registrar en la crisis de abril del año pasado.
Los acuerdos siguen vigentes, pero son cada vez más débiles; por ejemplo, Arabia Saudita ha debido hacer uso de sus facultades como líder de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), para contener la oferta de otras naciones que han pretendido en diversas ocasiones alterar por su cuenta, al margen de tratados globales, esto es una amenaza latente.
También se considera que la recuperación económica será frágil en tanto pasen los meses y no se observe un avance sustancial en el proceso de vacunación, la Unión Europea es un factor de preocupación, Latinoamérica es otro.
Por lo tanto, para algunos analistas que siguen de cerca la evolución del mercado, el repunte de los precios internacionales del petróleo es significativo sin duda alguna, no es lo mimo una cotización de 16.9 que una de 57 dólares, pero tampoco estamos en un mejor escenario respecto al observado en 2019, antes de la llegada de la pandemia.
Según sus expectativas, es posible que el WTI llegue a superar ligeramente los 60 dólares por barril, pero no irá más allá si no se observa un repunte sólido de la actividad económica, y eso no sucederá antes del primer semestre de este año. De acuerdo con las expectativas más recientes, la carrera alcista del barril de petróleo en el caso de la modalidad WTI podría llevarlo a 65 dólares por barril como máximo.
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El 2021 fue un año de significativa recuperación para el mercado petrolero, tanto por el lado de la oferta, como por el de la demanda, gracias a la paulatina reapertura de la economía global tras el Covid, al proceso de vacunación que poco a poco favoreció la movilización de las personas y la escasez de gas natural, que elevó la demanda de crudo como sustituto.
La demanda mundial de petróleo volvió a dispararse en 2021 a medida que el mundo comenzó a recuperarse de la pandemia de coronavirus, y el consumo mundial global podría alcanzar un nuevo récord en 2022, a pesar de los esfuerzos por reducir el consumo de combustibles fósiles para mitigar el cambio climático.
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