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Extracto:Este año 2020 nos dejara grandes lecciones, pero quizás la principal fue refrendar que las inversiones con óptica de corto plazo pocas veces funcionan.
En esta ocasión dejaremos de lado un poco el análisis de la economía y los mercados, los datos duros, para dar espacio a la reflexión, por supuesto ligada a los mercados y a la maravillosa y apasionante actividad de operar en ellos.
Este 2020, que poco a poco se extingue, será histórico por donde se le vea; un año antes se hablaba del 20-20, es decir el año 2020, como algo enigmático, lo que sucede finalmente con todos los años, pero también se esperaban muchas oportunidades y pese a que en materia económica ya tenía mucha fuerza la probabilidad de una recesión, se consideraba que esta sería modesta, y que duraría poco tiempo. Una especie de respiro para, por ejemplo, la larguísima racha de crecimiento en la economía mundial.
Pero, como sabemos, la pandemia lo cambió todo, eso hizo histórico a este año, un periodo que se recordará siempre, tiene un lugar especial para bien y para mal.
En cuanto a los mercados financieros fuimos testigos de acontecimientos que igualmente serán inolvidables, desde el derrumbe de las bolsas, la debacle del dólar, la caída del dólar, hasta el colapso accionario de muchas emisoras a lo largo y ancho del planeta. Pero los mercados dieron también oportunidades, de hecho, como sabemos la volatilidad es la mejor aliada para las utilidades si se logra sacar provecho. Este año 2020 si algo hubo fue precisamente volatilidad.
Por ejemplo, desde la caída en marzo registrada en Wall Street (la más rápida en la historia y la más profunda desde 1929), el Nasdaq Composite es el índice que lideró al mercado hacia nuevos máximos. Actualmente este índice ha saltado poco más de 77 por ciento % desde su mínimo de ese mes.
Además, desde el fondo tras la burbuja puntocom registrada en el año 2002, este mismo indicador ha escalado casi un 1,000 por ciento. En momentos de pánico y estrés financiero parece que el mundo se acaba, pero está demostrado que en el largo plazo los mercados, en su mayoría de indicadores, han dado retornos extraordinarios.
Quienes participan en los mercados no dejan de ser eres humanos, con todas sus debilidades, el miedo es un elemento natural en el hombre, es este miedo lo que ha llevado a que la humanidad logre grandes avances, pero también en el caso de los mercados ha permitido que se erosionen grandes capitales o que no se concreten grandes fortunas.
Cuando los precios de las acciones, divisas, bonos, etc, caen, es fácil dejar que el miedo tome el control. Las pérdidas presentes y el potencial de las futuras eclipsan a la lógica y el análisis de casi cualquiera.
Es así que una de las claves para operar en los mercados, de todo tipo, es en la medida de lo posible aislar las emociones, todo tipo de emociones. No se trata de que operen en los mercados una especie de zombies, eso no es posible desde luego. Tampoco se trata de que se presenten en las operaciones seres sin sentimientos, simplemente se trata de que siempre en la medida de lo posible permanezca la lógica, el sentido común y la capacidad de análisis en quienes están tomando decisiones, ya sea por cuenta y capital propio o bien que lo hagan a nombre otras personas. Quizás esta sea una de las lecciones que nos dejó precisamente este año 2020, con su enorme volatilidad.
Todo aquel que se llenó de pánico entre marzo y abril, los meses de mayor crisis y volatilidad financiera, tomó decisiones poco asertivas dominado por el pánico y la incertidumbre, hoy quizás se arrepienta.
Esto sucede en todos los ámbitos. Por ejemplo, es un hecho que en el mundo de las criptodivisas las oportunidades para hacer fortuna sean constantes, dada la permanente volatilidad, pero de igual manera esta volatilidad no permite a muchos explorar estas opciones.
Lo que nos quisieron decir los mercados en este 2020, o algunas de las muchas cosas que nos quisieron decir, es que operar con los sentimientos no es la mejor forma de generar ingresos, por regla general es el boleto directo al fracaso.
Cuando el miedo y las emociones nos dominan, es casi seguro que las consecuencias sean negativas. Operar así es un grave error.
Ojalá este año 2020 que se acerca a su fin haya sido de mucho provecho para quienes operan en los mercados de Forex y cualquier otro, fue un periodo extraordinario por todo lo que sucedió, pero seguramente también porque los mercados demostraron una vez más que siempre “regresan”, ahora lo hicieron en un tiempo récord y con una fuerza inusitada.
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