简体中文
繁體中文
English
Pусский
日本語
ภาษาไทย
Tiếng Việt
Bahasa Indonesia
Español
हिन्दी
Filippiiniläinen
Français
Deutsch
Português
Türkçe
한국어
العربية
Extracto:Existen varias causas además de la pandemia, fenómeno que sólo fue el corolario de una tendencia negativa previa
Esta semana la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), un organismo regional que evalúa el desempeño de los países de la zona, emitió un análisis en el que advierte sobre la caída de la Inversión Extranjera Directa (IED) en Latinoamérica, las cifras son desalentadoras y preocupantes.
De acuerdo con la CEPAL, la IED se desplomó este año en Latinoamérica, salvo un caso excepcional. Hay descensos de 45 por ciento en Brasil, 35 por ciento en Argentina, 50 por ciento en Colombia, y hasta un dramático 72 por ciento en Perú, por mencionar algunos de los retrocesos más significativos.
La CEPAL no hace el análisis sobre los efectos que las cifras anteriores tendrán sobre sus divisas, y desde luego sobre sus economías. Como abe amable lector la IED está conformada por aquellas inversiones en proyectos productivo, en empresas, en “fierros”, no es una inversión especulativa sino con orígenes y destinos claramente hacia la producción, con efectos innegables en la economía.
Con el desplome de la IED en este año, y un descenso también para 2021 según las expectativas de la CEPAL, el panorama para la mayoría de las divisas de la región es oscuro, serán los próximos meses de presiones para las monedas, es probable una tendencia depreciatoria casi generalizada, estas cifras no hacen sino confirmar lo que se ha señalado en ocasiones anteriores, que Latinoamérica será la región más rezagada en la eventual recuperación que debería iniciar el mundo en 2021.
Salvo algunas excepciones que podrían ser llamativas, todas las monedas tendrán a ser poco atractivas ya que no sólo se depreciarán sino que además tienen muy poca demanda en los mercados cambiarios mundiales, es decir casi todas las monedas latinoamericanas son poco líquidas.
Sin grandes proyectos productivos, es decir sin muchos flujos para inversiones de muy largo plazo (La IED por lo general incluye proyectos de inversión de varios años toda vez que se orienta a sectores productivos y no a mercados financieros), el desempeño económico en la gran mayoría de las naciones de la zona, será lento, por decirlo de alguna manera.
Líneas arriba señalamos que la IED se ahuyentó de casi toda Latinoamérica, salvo una excepción; en medio de este derrumbe de inversiones hacia los sectores productivos de la región, destaca el caso de México con una caída de “sólo” 6 por ciento en su IED, una tasa que no se compara con los descenso de doble dígito en la mayoría de las naciones, este retroceso marginal es significativo para el país y refleja una de las grandes ventajas que tiene México frente a prácticamente todas las naciones de la región, el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, que este mismo año renovaron después de una revisión en los meses previos, incluso antes de que iniciara la terrible pandemia.
Este tratado comercial no sólo es importante en la región, sino es de hecho uno de los tres grandes bloques comerciales que actualmente dominan en el mundo, según la CEPAL, y que están llamados a ser protagonistas en la recuperación que se espera a partir del próximo año.
Por eso es que además el peso mexicano es una divisa “interesante” para los mercados en general, está llamado de hecho a ser uno de los protagonistas de próximo año en el mercado de divisas, según los analistas.
Sobre las causas del desplome de la IED en caso toda Latinoamérica, destaca desde luego la pandemia, pero este sólo fue el suceso que terminó por arrastrar a las economías de la región, que ya estaban mal desde antes.
Con economías que no crecen o crecen poco, prácticamente todo Sudamérica está en dicha situación, más países que siguen en niveles avanzados de subdesarollo, como gran parte del Caribe y Centroamérica, el escenario no es favorable. Pero también en la región se ha incrementado el riesgo político: Venezuela, Ecuador, Perú, Chile, Bolivia, Argentina y hasta Colombia, son algunos ejemplos. La región está convulsa y eso no es atractivo para los capitales, mucho menos para aquellos que llegan con perspectiva de largo plazo.
Descargo de responsabilidad:
Las opiniones de este artículo solo representan las opiniones personales del autor y no constituyen un consejo de inversión para esta plataforma. Esta plataforma no garantiza la precisión, integridad y actualidad de la información del artículo, ni es responsable de ninguna pérdida causada por el uso o la confianza en la información del artículo.