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Extracto:Paris, 14 ene (.).- La primera ministra francesa, Élisabeth Borne, se mostró dispuesta este sábado a
Paris, 14 ene (.).- La primera ministra francesa, Élisabeth Borne, se mostró dispuesta este sábado a introducir cambios en la controvertida reforma de las pensiones durante el trámite parlamentario del proyecto gubernamental.
Habrá un debate parlamentario, que es un marco en el que el proyecto podrá variar. Buscamos compromisos y acuerdos, aseguró Borne en una entrevista en la emisora France Inter.
El proyecto, presentado el pasado martes, prevé aumentar la edad mínima de jubilación de los actuales 62 años hasta los 64 para 2030, y adelanta a 2027 (frente al plan inicial de 2035) la necesidad de cotizar 43 años para lograr la pensión máxima, desde los 42 actuales.
Preguntada sobre la jornada de huelgas y protestas convocada para el próximo jueves por los principales sindicatos, que ha sido apoyada por partidos de izquierda, la jefa del Gobierno reconoció que entiende que la reforma causa inquietud entre los franceses, pero respondió que un sistema deficitario también genera inquietud.
Borne insistió en el argumento gubernamental de que el sistema de pensiones en su situación actual es deficitario, por lo que la reforma busca asegurar la supervivencia de nuestro sistema de reparto.
El no hacerlo conduciría inevitablemente a una reducción de las pensiones o una subida de impuestos, o bien al final del sistema de reparto y a uno de capitalización, vaticinó.
Por ello, hace falta trabajar más tiempo de forma progresiva, insistió, aunque admitió que es consciente de lo que significa para muchos franceses.
Pero recalcó que la reforma aportará fondos para revalorizar las pensiones más bajas, lo que beneficiará sobre todo al 30 % de los franceses con ingresos más modestos.
Frente a las voces que piden usar el fondo de reserva para frenar el agujero de las pensiones, argumentó que ese fondo no está hecho para colmar un déficit estructural, y recordó que en Francia hay actualmente 1,7 cotizantes por cada pensionista, frente a los 2,1 de 2002 y los 1,5 que se prevén para 2040.
Un problema que afronta el plan es que Francia es uno de los países europeos con menor tasa de actividad entre las personas de 55 a 64 años, solo un 56 % según el Ministerio de Economía.
Nos perdemos las competencias de estos mayores y de su capacidad de generar riqueza colectiva, lamentó la primera ministra, quien recalcó que se trabajará con las empresas con incentivos para intentar aumentar la tasa de actividad en esa franja de edad.
Sin embargo, reconoció que es complicado sancionar a las empresas que no emplean suficientes trabajadores mayores.
De cara a la discusión parlamentaria, el bloque gubernamental tiene casi asegurado el apoyo del partido conservador Los Republicanos, lo que garantizaría la mayoría en ambas cámaras, pero la primera ministra no descartó lograr más respaldos.
Mi objetivo es convencer a los franceses de que esta reforma es justa y ofrece mejoras sociales, resumió.
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