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Extracto:Por Balazs Koranyi y Francesco Canepa FRÁNCFORT, 10 mar (Reuters) - Es probable que el Banco Centra
Por Balazs Koranyi y Francesco Canepa
FRÁNCFORT, 10 mar (Reuters) - Es probable que el Banco Central Europeo asuma el menor número posible de compromisos en materia de política monetaria el jueves, ya que la invasión rusa de Ucrania ha hecho desaparecer sus expectativas sobre la economía y deja a sus responsables enfrentados a nuevas realidades.
Con la inflación en la eurozona en máximos incluso antes de que Moscú comenzara su asalto el 24 de febrero, se esperaba que los responsables de la política monetaria anunciaran el fin de varios años de estímulos monetarios, abriendo el paso a una subida de los tipos de interés a finales de este año.
Sin embargo, la guerra ha hecho añicos ese consenso y el Consejo de Gobierno del BCE, compuesto por 25 miembros, acudirá a la reunión dividido, lo que aumenta las posibilidades de una sorpresa con respecto a la política monetaria, así como el riesgo de cometer un error.
Nadie puede esperar seriamente que el BCE empiece a normalizar la política monetaria en un momento de tanta incertidumbre, dijo Carsten Brzeski, economista de ING (AS:INGA).
El camino más seguro parece ser que el banco confirme la decisión anterior de seguir reduciendo las compras de bonos el próximo trimestre, dejando en el aire todos los demás compromisos, incluida la fecha de finalización de las compras y el momento en que se produzca una subida de tipos.
Creemos que el BCE tratará de ganar algo de tiempo procediendo a la reducción gradual previamente planeada en abril... a la vez que aumenta la flexibilidad en la orientación futura con el fin de dejar más espacio para actuar una vez que se disipe la incertidumbre inmediata, dijo el economista de Societe Generale (PA:SOGN) Anatoli Annenkov.
Mientras evitemos la recesión, que es nuestra línea de base actual, esperamos que el BCE llegue a la conclusión a finales de esta primavera de que la orientación de la política monetaria deberá endurecerse más rápidamente para estabilizar las expectativas de inflación.
La inflación en los 19 países que utilizan el euro podría triplicar el objetivo del BCE del 2% este año y es probable que siga siendo elevada también el año que viene.
El repunte del crecimiento económico y la mayor rigidez del mercado laboral en décadas también deberían empujar al BCE a abandonar su estrategia ultralaxa y poner fin a un experimento de casi una década de estímulos no convencionales.
La Reserva Federal mantiene sus planes de subir los tipos de interés en EEUU la semana que viene, anunciando una serie de aumentos de los costes de los préstamos a medida que aumenta la inflación.
No obstante, el conflicto en Ucrania, las sanciones sin precedentes impuestas por los países occidentales a Rusia y la subida de los precios de las materias primas aumentarán la incertidumbre, frenarán el crecimiento y reducirán el poder adquisitivo de los hogares, por lo que habrá que ser prudentes.
Aun así, es probable que algunos halcones, partidarios de una política monetaria agresiva, presionen al BCE para que frene los estímulos y devuelva la estrategia al menos a un nivel neutral, por lo que el banco podría indicar el fin de las compras de bonos en los próximos meses, una decisión que aumentaría las posibilidades de una subida de tipos en 2022, aunque no la consolidaría.
También se espera que el banco elimine cualquier referencia a un recorte de los tipos en sus orientaciones, y puede eliminar la estipulación de que una subida de los tipos se produciría poco después de la finalización de las compras de bonos.
PREOCUPACIONES ESTRUCTURALES
Incluso si el jueves se dejan las decisiones para más tarde, la alta inflación hace que la retirada de los estímulos sea casi inevitable, pero el verdadero problema es cómo el cambio que se está produciendo en el orden mundial afectará a los precios más adelante, lo que supone un horizonte temporal más relevante para el BCE.
Los altos precios de la energía reducirán el crecimiento y podrían ser un lastre para la inflación a más largo plazo, ya que las familias tienen menos para gastar en otros artículos y las empresas posponen las inversiones.
Por ello, es poco probable que la proyección de inflación del BCE para 2024 sea muy diferente del 1,8% que predijo hace tres meses.
Estas previsiones han sido tan poco fiables en los últimos meses que los responsables de la política monetaria las cuestionan ahora abiertamente, lo que las hace menos relevantes en la toma de decisiones.
La guerra en Ucrania también puede poner en marcha fuerzas económicas que podrían impulsar los precios más adelante.
El aumento del gasto en defensa, tal y como han señalado varios miembros de la zona del euro, así como una transición ecológica más rápida para que el bloque deje de depender del gas ruso, podrían impulsar el gasto público y la inflación.
También es posible que se respalde con la emisión conjunta de deuda de la Unión Europea, y es probable que el bloque recurra al BCE para mantener bajo su coste de endeudamiento.
Sin embargo, es casi imposible cuantificar los costes de inflación de estas decisiones a largo plazo, por lo que las proyecciones del BCE no los reflejarán, aunque los responsables de la política monetaria probablemente los planteen en el debate.
(Edición de Catherine Evans; traducción de Flora Gómez)
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