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Extracto:Por estos días la palabra capital la solemos utilizar para referirnos a todos los activos que posee una persona o empresa, y más coloquialmente al dinero que podemos tener disponible para invertir.
Por estos días la palabra capital la solemos utilizar para referirnos a todos los activos que posee una persona o empresa, y más coloquialmente al dinero que podemos tener disponible para invertir.
Pero si miramos más allá de la palabra capital de pronto descubrimos que mucha gente que puede tener dinero para invertir o tiene bienes, en realidad no tiene capital.
La palabra capital viene del latín: Caput. No es el kaput alemán (la situación en la que uno está cuando no sabe administrar el riesgo), sino que tiene que ver con las cabezas de ganado que se negociaban en los mercados durante la Edad Media.
Con el transcurso de los siglos, y la migración del campo a la ciudad, la palabra capital comenzó a ser más vinculada a los bienes materiales e inmateriales que una persona o empresa posee más que a un ser vivo como el ganado.
Esta necesaria resignificación de la palabra capital, lamentablemente, dejó en un segundo plano un aspecto no menor a la hora de tener un capital.
Un ganadero de la edad media que iba a vender vacas para faenarlas debía haber pasado todo un proceso obligatorio para lograrlo: básicamente hacer cercer fuerte al ternero, que no se muera, para luego de algunos años poder venderlo en el mercado. Ese capital no se generaba de la noche a la mañana. No se generaba por suerte o buena fortuna. Ni tampoco era el resultado de una expresión de deseo.
Era el resultado de una serie de decisiones deliberadas de los granjeros de sacrificar el consumo presente (podrían haber comido o vendido la vaca cuando era un ternero) para obtener una mayor recompensa en el futuro. En otras palabras, una preferencia temporal baja.
Y aunque hoy nadie vincule la palabra capital a una vaca, siguen teniendo varias similitudes.
Al igual que a las vacas, al capital se lo alimenta. Si alimentás tu inversión con más ingresos generados, tu inversión crece más fuerte.
La vaca puede desarrollar enfermedades, tener problemas de crecimiento y el capital también. Por eso es necesario periódicamente revisar la estrategia, repensar los objetivos, analizar resultados y reiterar el proceso, durante el ciclo de vida de la inversión.
La vaca crecía porque había un ganadero decidido a criarla para luego venderla y así poder mantener otras vacas y satisfacer sus necesidades. La inversión también tiene objetivos, un propósito y es la pieza de un plan de vida más grande.
Aquellos que tienen capital son los que sobreviven en el mercado en el largo plazo.
Y vos ¿tenés dinero o capital?
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