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Extracto:Este trabalenguas explica un poco el juego del poderoso banco central y su, a veces, enigmático presidente
Durante la reunión de Jackson Hole, celebrada por segunda vez en formato virtual, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, confirmó que el banco central estadounidense podría comenzar a disminuir el ritmo de su programa de compras de activos este mismo año. Sin embargo, también dijo que por el momento no hay prisas para subir los tipos de interés.
El consenso entre analistas, previo a la reunión, era que la Fed anunciaría en su reunión del 21 y 22 de septiembre su intención de reducir el programa de compra. Dicha reducción empezaría unos meses más tarde, quizás incluso en enero de 2022. La expectativa era que el proceso tarde entre 8 y 10 meses y que, tras unos meses de pausa, se pasaría a ver las primeras subidas de tasas de interés, en enero de 2023.
No obstante, tras la intervención del viernes por parte de Powell, el escenario de un posible anuncio en septiembre se ha hecho menos probable.
La trayectoria más probable para los próximos pasos de la Fed sería una “advertencia” formal en la reunión del 22 de septiembre de que la “reducción gradual” está en camino, con un anuncio completo en la reunión del 3 de noviembre, incluida la velocidad crucial del proceso, para su implementación a partir de la reunión del 15 de diciembre.
Pero puede haber muchos cambios, algunos analistas en los mercados esperan que la Fed supervise las condiciones del mercado financiero, así como del “equilibrio de riesgos” sobre el crecimiento y la inflación, para adaptar con precisión su cronograma.
No obstante, otros piensan que lo más importante es que Powell enfatizó que el tapering no indicará de ninguna manera el inicio del aumento de las tasas, ya que las presiones inflacionarias serán probablemente transitorias, y todavía hay “mucho terreno por recorrer” antes de que la economía alcance el pleno empleo.
Estos analistas también creen que la verdadera preocupación debe recaer sobre el aumento de las tasas de interés a corto plazo, y eso debería suceder en la segunda mitad de 2022.
Calma
A pesar de que la economía se encuentra en la senda de la recuperación, la Fed evaluará cuidadosamente los nuevos datos considerando posibles riesgos.
La Fed no entró en detalle en lo que podría haber sido su principal argumento para justificar el retraso en la retirada de estímulos: el incremento de contagios por la variante delta, que podría afectar al progreso de la economía hacia sus objetivos.
Powell también valoró positivamente la evolución del mercado de trabajo, pero con menos énfasis.
El presidente de la Reserva Federal ha estado muy cerca de declarar que ya se había alcanzado el estado de “avance suficiente” hacia el máximo empleo.
Con respecto a la inflación, otros participantes en los mercados financieros creen que Powell reiteró con energía su posición: la inflación es temporal, está causada por un grupo limitado de bienes y servicios y su impacto se disipará en los próximos meses. Además, el riesgo de que esa inflación se convierta en permanente es bajo, ya que no se está traduciendo en aumentos de salarios desproporcionados que pudieran reiniciar el ciclo de la inflación.
Los mercados reaccionan
El viernes los mercados se mostraron gratamente sorprendidos porque se esperana el anuncio del inicio del retiro de los estímulos. Sin embargo, la señal es que podrán seguir disfrutando de los estímulos un poco más.
Las bolsas en Estados Unidos y Europa reaccionaron positivamente a las palabras de Powell, el S&P 500 y el Nasdaq volvieron cerrar en máximos históricos. Los bonos por su parte también aceleraron sus subidas de precios y bajaron su tasa a menos de 1.30%.
El contexto actual, favorece a los bonos corporativos a ambos lados del Atlántico; los diferenciales deberían seguir reduciéndose, aunque a un ritmo más lento, y la segunda mitad del año podría ser un periodo muy atractivo para la operación ahora que Jackson Hole ha dado una buena pista de que los rendimientos probablemente hayan tocado techo.
Las preguntas
En realidad, Powell no proporcionó un cronograma para comenzar a reducir los 120.000 millones de dólares de compras mensuales de bonos, un programa que empezó el año pasado en respuesta a la crisis provocada por el COVID-19.
A partir del mandato de Ben Bernanke, la Reserva Federal ha estado tratando de controlar el contenido político de la conferencia de Jackson Hole y esto tiene sentido, dada la ambigüedad de la situación actual.
Powell reconoció que “se ha cumplido la prueba de progreso sustancial para la inflación”, pero siguió siendo más ambiguo sobre la prueba de empleo. El resultado es que todavía no se sabe con certeza si el “tapering” comenzará este año.
La Fed publica proyecciones de desempleo a corto y largo plazo. Pero no definirá el nivel máximo de empleo, ya que Powell admitió recientemente que “es muy difícil ser preciso al respecto”.
Powell se apegó al mensaje del banco central sobre que el actual brote de inflación se debe en parte a la interrupción en las cadenas de suministro provocadas por el COVID-19 y probablemente sea transitorio.
El análisis de la Fed sobre por qué la inflación ha aumentado tanto este año también ha carecido de sustancia. La Fed continúa con su mantra de que la inflación se debe principalmente a las distorsiones transitorias creadas por la naturaleza de la pandemia y la reapertura de la economía. Pero ¿qué significa exactamente el término transitorio? Nadie lo sabe más allá de unos cuántos en la Fed, o quizás ni siquiera ellos.
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