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Extracto:La tercera ola irrumpe con fuerza en los centros sanitarios y los expertos pronostican más alzas. La próxima semana es clave para ver la intensidad de la subida
El 24 de diciembre, mientras España se preparaba para celebrar las primeras Navidades bajo la pandemia, los hospitales registraban un cambio que condicionará la vida del país durante al menos un par de meses. Después de 44 días en descenso tras el pico de la segunda ola, los ingresos volvían a superar a las altas en el conjunto del país. Dos semanas más tarde de que los contagios empezaran a subir pasado el puente de la Constitución, la tercera ola llegaba a los hospitales por Navidad.
La cifra de ingresados no ha dejado de crecer desde entonces en una tendencia que todos los expertos prevén que dure varias semanas. Si el día de Nochebuena había 10.744 pacientes hospitalizados, este viernes ya eran 14.951 (un 39,2% más). La ocupación de las UCI ha seguido la misma tendencia y saltó de 1.907 plazas ocupadas el 24 de diciembre a 2.318 el viernes (un 21,6% más). En total, una de cada nueve camas hospitalarias y una de cada cuatro en la UCI están ahora ocupadas en España por enfermos de covid.
“No son datos buenos, pero son menos malos de lo que muchos nos temíamos”, afirma el presidente de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), Pere Godoy. La afirmación, compartida por la mayoría de los expertos, revela el temor que despertaban unas fiestas vistas como una peligrosa carrera de obstáculos de la que apenas se ha saltado el primero. “El efecto de las comidas de Navidad se ha notado, pero ha sido menor del esperado”, ratifica Julio Mayol, director médico del Hospital Clínico de Madrid.
Clara Prats, investigadora en Biología computacional de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), pone el foco en el siguiente hito. “El interrogante ahora es Nochevieja. La hipótesis es que en Navidad las reuniones son más familiares y los contagios afectan a gente mayor, que ya ha desarrollado síntomas. Pero en fin de año las fiestas son de gente más joven, que pueden ser asintomáticos y aún no han sido diagnosticados”.
“Es un poco pronto para saber qué tipo de ola va a ser”, sostiene en relación con el actual incremento de casos Juan Torres Macho, de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y jefe de servicio en el hospital Infanta Leonor de Madrid. “La aceleración de ingresos ha sido importante en los últimos días. Ahora vemos la cola de Nochebuena y hay que ver el impacto que tendrá sobre ella la Nochevieja. Con dos nuevos factores que añaden incertidumbre a la situación: el frío, que invita a hacer más vida en espacios interiores y, por tanto, facilita los contagios, y la nueva variante del virus descubierta en el Reino Unido”, explica.
“Nos faltan tres o cuatro días para ver la intensidad de la subida, aunque mi impresión es que viene fuerte y nos pilla con los hospitales más cargados”, afirma Torres Macho. El 20% de las plazas de la UCI estaba ocupado el 24 de diciembre, cuando los ingresos empezaron a superar a las salidas. Este porcentaje supera en casi cinco puntos y 500 enfermos a los de principios de octubre, cuando la segunda ola empezó a escalar.
Benito Almirante, jefe de enfermedades infecciosas en el hospital Vall dHebron (Barcelona), define lo que está ocurriendo como “la suma de lo que es la continuación de una segunda ola que en realidad no había terminado, porque no se ha bajado nunca de los 200 casos por 100.000 habitantes en 14 días; con un clima que favorece la agrupación de personas en espacios cerrados; y las reuniones que se vienen celebrando desde el puente de la Constitución”, detalla.
La situación, sin embargo, es muy dispar entre comunidades, como recuerda Jesús Rodríguez Baño, jefe de infecciosas del hospital Virgen de la Macarena de Sevilla. “Hay diferencias importantes incluso entre provincias. En Sevilla estamos en una situación bastante benigna tras una segunda ola que aquí ha sido peor que la primera”, afirma.
Extremadura, con 799 casos por 100.000 habitantes, y Baleares, con 547, sufren ahora la peor incidencia del país, seguidas de cerca por Madrid (508), Castilla-La Mancha (453) y Cataluña (435). Mientras, Asturias, Andalucía y Canarias no superan los 200 y sus hospitales sufren una presión asistencial mucho menor.
Pedro Rascado, intensivista del Hospital de Santiago de Compostela y miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc), destaca que “no hay grandes diferencias a nivel clínico” en el tratamiento que recibirán los ingresados ahora y los que lo hicieron en la segunda ola, hace dos o tres meses.
“Los cambios sustanciales se produjeron entre la primera y la segunda. Dejamos de utilizar tratamientos que no se demostraron eficaces, como la cloroquina o los antivirales utilizados frente al VIH. Y ganaron importancia los corticoides en los casos graves de inflamación pulmonar”, afirma.
“Tratamiento precoz”En todo caso, coinciden Rascado y Baño, han sido “el tratamiento precoz y el mejor conocimiento de la evolución de la enfermedad los que han permitido acortar los ingresos hospitalarios y, en parte, mejorar la supervivencia”.
Aunque especialistas como Almirante restan importancia al peso que puedan tener, al menos en la situación actual, variables como la nueva cepa —“pueden ser unos pocos casos entre miles de nuevos positivos al día”—, otros como Pere Godoy añaden otras como el regreso a las aulas. “El hecho de que todos los miembros de un grupo se sometan a la prueba PCR cuando hay un positivo nos ofrecerá ahora una buena imagen de la situación”, afirma.
El presidente de la SEE distingue dos grupos de alumnos según la edad: “El virus ha demostrado ser más transmisible entre los alumnos de tercero de ESO y mayores, mientras los contagios son mucho menos frecuentes entre los más pequeños”, sostiene Godoy, que aplaude el “enorme esfuerzo hecho por los sistemas educativo y sanitario para evitar que los colegios se conviertan en focos de contagio y que ha dado tan buenos resultados”.
Todos los expertos coinciden en que la próxima semana será clave para conocer la evolución de la pandemia, aunque con tantos elementos de incertidumbre resulta difícil hacer un pronóstico. Clara Prats, centrada en el análisis de los datos de Cataluña, considera que “si no hay sorpresas, tendremos un pico que sería parecido o incluso algo menor que el de octubre”.
“Este es el escenario más favorable. Pero si la semana que viene detectamos un incremento repentino de los casos porque no hemos sido capaces de captar bien los contagios durante las fiestas, entonces sí que superaremos los registros en todos los sentidos: en incidencia pero también en hospitalizaciones e ingresos en la UCI”. “Así que la semana que viene es la clave”, concluye.
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